(Por: Delfín Martell G.) El arte de la música está presente en todos los eventos de vida del hombre sobre la tierra. Esto a través del lenguaje, ritmo, fluidez y pulso. La presencia de éste se pueda medir justo por los resultados obtenidos en el transitar del ser viviente en esta dimensión tiempo-espacio. “Dios es eterno e inmutable, inmaterial y único, todopoderoso y soberanamente justo y bueno. Él creó el Universo, que comprende a todos los seres animados e inanimados, materiales e inmateriales. Los seres materiales forman el mundo visible o corporal, y los inmateriales, el Mundo Invisible o Espírita, esto es, de los Espíritus. El Mundo Espírita es el normal y primitivo, eterno, preexistente y sobreviviente a todo. El mundo corporal es sólo secundario. Podría dejar de existir, o no haber existido jamás, sin alterar la esencia del Mundo Espírita. Es lógico que usted -en este momento- se pregunte que conexión tiene esta doctrina con el arte sonoro. Pues bien; muc